En la antigua Roma, la silla Curul era el sitial sobre el cual los magistrados veteranos o los promagistrados que poseían imperium tenían derecho a sentarse, derecho que incluía al dictador, magister equitum, cónsul, pretor y edil curul.
Presentamos una reinterpretación contemporánea en la que el cuerpo esta formado por dos planchas metálicas o de madera laminada, simétricas y continuas, conectadas entre sí por una barra estabilizadora, aportando un innovador sistema de sujeción para el usuario basado en una tira de piel natural continua que recorre la pieza y sirve de sujeción para el cuerpo y unos apoyabrazos cilíndricos, forrados con la tira de piel.